¿Cómo sacarle provecho a la rutina?
Muchas veces son malinterpretados u obviados los beneficios de contar con una rutina habitual para cualquier actividad en la vida, porque surgen muchos estereotipos tradicionales como que «se pierde la espontaneidad», «nos volvemos esclavos o dependientes de una sola forma de hacer las cosas» o uno de los más comunes de todos: «nos aburrimos de hacer siempre lo mismo».
Pero la rutina no es siempre mala y a veces obligatoria, muchas veces porque las circunstancias nos empujan a mantenerla y es específicamente para estos casos, a los que me gustaría hacer referencia.
La especialización surge en base a la repetición y la observación, es decir, al hacer una cosa más de una vez, porque podemos tener referencia de los resultados en cada una de ellas y si observamos de forma perspicaz, podríamos identificar oportunidades de mejora que nos podrán hacer especialistas y sacarle provecho a la rutina.
Ejemplos de rutinas obligatoriamente asumidas y como aprovecharlas.
Los ejemplos descritos a continuación son basados en experiencias propias y de personas que me han compartido a lo largo de los años, ante las cuales he identificado oportunidades, que se han convertido en resultados posteriores.
Un trabajo repetitivo
Tenemos un trabajo que nos implica hacer siempre lo mismo, pero lo necesitamos para generar los ingresos que nos permita la subsistencia o porque no encontramos otra opción.
- Podríamos identificar ¿cuáles son las tareas repetitivas?, ¿cómo las hacemos? y ¿qué habilidades y herramientas utilizamos?. Nos daría una visibilidad del conjunto de herramientas y habilidades que estamos añadiendo a nuestro catálogo de experiencia.
- Medir los resultados en la ejecución de cada tarea (como cuánto tiempo nos toma realizarlas) e ir valorando la mejora implícita basada en la experiencia. Podríamos darnos cuenta que tenemos la capacidad de hacerlo más rápido.
- Observar si la forma en la que la hacemos es la única posible, para considerar alternativas y aprender de formas diferentes. Estimulando el pensamiento creativo y cambiando el método dentro de la forma.
- Considerar en qué otras áreas profesionales podría ser utilizado un conocimiento aplicado como el que estamos desarrollando. Para estimular las posibilidades y crear esperanza de aplicación funcional y oportunidad de desarrollo futuro
De esta manera cada día ejerciendo esta rutina, se puede valorar con la importancia correcta y no sobre la desmotivación que implica. Porque cada día que pasa, se desarrolla la especialidad en la ejecución de la tarea rutinaria y van surgiendo ideas de aplicación alternativas, que pueden prepararnos para futuros escenarios.
Una lesión física
Estamos lesionados de una parte del cuerpo, lo que nos limita a hacer ejercicios solo de determinada forma o de un tipo en particular.
- Identificar qué parte del cuerpo es la que si se puede ejercitar sin limitaciones y buscar alternativas de ejercicios que mantengan la variedad en lo posible.
- Reconocer el nivel de limitación de la parte lesionada, para saber hasta qué punto se puede hacer algo o no (reposo total, reposo parcial, esfuerzo moderado, etc.).
- Practicar las rutinas a las que es posible optar y enfocarse en el desarrollo de esa parte, con las consideraciones que el aporte indirecto al área lesionada ocurrirá, al mantener activo parcialmente el cuerpo.
- No desmotivarse pensando en la pérdida de tiempo y poder afrontarse como una mala racha que se pueda cuantificar para poner en comparativa.
Entonces, ¿por qué son importantes las rutinas?
Porque de lo contrario no tendríamos la oportunidad de volvernos especialistas en la ejecución de las tareas simples, que eventualmente en su conjunción, van a representar el camino hacia el desarrollo o la evolución de las capacidades personales y profesionales.
La forma más práctica, común y reconocida de aprendizaje es la repetición, por lo que naturalmente realizar una tarea o actividad de forma recurrente, nos provocará una mejora implícita, ya sea en tiempo de realización o en calidad del resultado. Siempre hay que tomar en cuenta que la experiencia no se basa únicamente en hacer lo mismo durante mucho tiempo de forma repetida, sino también de observar y aprender en el camino sobre cómo hacerlo mejor cada vez.
La rutina en tareas operativas, tareas analíticas, tareas estratégicas, en horarios, en actividades o en interacciones sociales, siempre dan como resultado una oportunidad de especializarse en el ejercicio de lo que sea la tarea o actividad, por lo que hay muchas formas de sacarle provecho a la rutina, desde la perspectiva de interés personal que cada persona esté viviendo.